domingo, 3 de abril de 2011

La belleza del mar y la belleza de vivir

¡Buenas noches, bihotzak! ¡Buenas noches, mi íntimo confidente!
Hace mucho tiempo que no he pasado por aquí y he echado de menos mi pequeño rincon mágico donde deposito mis pensamientos, mis sentimientos, mis esperanzas y mis anhelos.
Y hoy he pensado mucho en el mar... mi lugar mágico en donde hallo la fuerza, la energía y la serenidad que busco... Un lugar que siempre consigue provocarme una sonrisa, que siempre calma mis inquietudes y un lugar que me auyda a reflexionar sobre cosas de la vida.
El mar es bello... cuando la luz del sol se posa en el mar... muestra una variedad de colores... azul turquesa, verde esmeralda, se ve el fondo claro y cristalino... A medida que avanzas en el agua... aparecen secretos... Las olas chocan con fuerza contra las rocas, se elevan por encima de estas.... y vuelven una y otra vez, sin descanso, intentando conquistar un trozo de arena...
Cuando el mar está en calma, las pequeñas olas que se adentran en la playa o rozan las rocas proporcionan paz, el murmullo relaja, calma las inquietudes... ¿Qué hay más maravilloso que estar en la playa, tumbada en la toalla o sentada en una roca, con un buen libro en las manos? Y si miras como van y vienen las olas... el tiempo pasa rápidamente.
Cuando el mar se revuelve.... sus olas se levantan con furia, intentando conquistar las rocas, la playa y todo aquello que alcance... El sonido es más fuerte y estremece su fuerza...
En definitiva... es como la vida misma. Hay veces que vivimos tranquilos, en calma, disfrutando de la belleza que nos rodea, de los buenos momentos que pasamos. Otras veces, la vida se convierte en una especie de mar inquieto, turbulento, que parece restallar contra nosotros...
Y sin embargo, siguen siendo momentos de la vida, buenos y no tan buenos... El mar es igual... esté en calma o esté revuelto, es bello, mágico, salvaje y para mí un dador de buenos momentos...
Así que hay que vivir la vida con calma, con serenidad, con pasión, con magia... porque la vida es muy corta para desaprovecharla y muy larga para malgastarla.
¡Buenas noches, Bihotzak! ¡Buenas, noches, mi íntimo confidente!

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